Una de las frases más habituales que se escuchan dentro del ámbito castrense, es aquella que hace referencia al concepto de haber hecho lo que uno debe para con quien le paga por un trabajo bien realizado; “la satisfacción (personal) del deber cumplido”.

Sin lugar a dudas es una frase bonita, llena de hondo calado tanto humano como profesional. En definitiva, es una frase aplicable a cualquier tarea profesional, desde el peón de la fábrica hasta el ingeniero jefe de la misma; desde la persona que colgada en un andamio en el piso 25 de un rascacielos limpia los cristales, hasta el consejero delegado de una empresa multinacional. Todos y cada uno podríamos (o no ) decir esta frase.

Es mi opinión que las Fuerzas Armadas españolas, por ende la sociedad española; puesto que aquellas no deja de ser parte integrante y fiel reflejo de esta. Han dado a la frase título de esta carta, un valor añadido.

Ya ocurrió con Maria del Mar hace algo más de un año en la Armada, y ahora con Alba dentro de la Guardia Civil. Su aceptación, aunque sea a regañadientes por parte de algunos mandos, dentro del servicio activo del cuerpo, demuestra dos cosas muy importantes:

La primera, es que las Fuerzas Armadas de este país respetan las Leyes y el Orden instituido, más que muchos otros colectivos que aparentemente se autoproclaman más respetuosos con los derechos de los demás, y que a la postre son bastante intolerantes con los que no piensan como ellos. Probablemente, hoy en día. Los mandos de nuestro ejército tienen problemas de más difícil solución que los que Alba o María del Mar puedan provocar por su situación de mujeres transexuales. Quizás el más acuciante de ellos es la falta de personal que vive hoy en día el Ejercito Español. Fácil hubiese sido en otros tiempos que el General de turno hubiera dicho un “No” rotundo, para que las “Leyes” hubiesen mandado a su casa a ambas dos.

La segunda conclusión que saco, y es quizás aventurarme un poco en el futuro, pudiendo ser que cometa el error de poderme equivocar. Pero voy a ser positiva y mojarme, diciendo que donde más apoyo van a encontrar, va a ser en sus compañeros de trabajo; en los de codo con codo, y con toda seguridad si ellas cumplen profesionalmente con su trabajo; con el apoyo de sus mandos inmediatos superiores. ¿Porqué?. Sencillamente, por que es en la milicia, donde del compañerismo se hace virtud; y a bien seguro que si demuestras ser buen compañero/a; ellos y ellas no te darán la espalda, puesto que tu muchas veces habrás tenido que cubrírsela. Claro, que esto viene debido en mayor grado a la vida en combate…… pero en definitiva ¿no es cada día un combate con la vida misma?

Quiero felicitar a toda persona transexual y a sus infatigables dirigentes de los muchos colectivos, que luchan por un reconocimiento de “DEBERES” y “DERECHOS” de los mismos. Por que creo que los casos de María del Mar y de Alba, demuestra que se esta avanzando mucho y que se ha logrado bastante. Pero obviamente, queda mucho por hacer. No nos podemos quedar aquí. Como también se suele decir en términos militares: “Se ha ganado una batalla, pero no la guerra”. Esta se ganará cuando casos como los de María del Mar o Alba, ya no sean noticia en los medios de comunicación. Ahora les toca a ellas dejar bien alto el pabellón de las y los transexuales en un ámbito difícil como son las Fuerzas Armadas. Y demostrar que una persona transexual es capaz de ser tan buen profesional (cosa que por otro lado nosotr@s ya sabemos), como otra que no lo es.

Por su parte las Fuerzas Armadas, han cumplido con su deber de no discriminar. Esperemos que continúen así, y no tenga que escribir una carta lamentando haber escrito esta.

Carolina

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